Y volví al Rock 2000


Celebré mi cumpleaños (aunque aún no llega) en un lugar al norte de la ciudad (o al sur del Estado de México, como dice Mireya) llamado Rock 2000. Es un antrillo popular de este lado del mundo, aunque algo escondido en una zona un tanto fea de Tlalnepantla, Estado de México, pero la mejor referencia es que se encuentra enfrente de un famosísimo lugar que solía ser una vil pulquería y que ahora es una franquicia de restaurantes-bar onda familiar: el Tinacal.

Es un lugar amigable: buenos precios de casi todas las bebidas, incluida la coctelería y un buen repertorio de bandas de rock que tocan bastante bien y apegadas al puro estilo rockero latinoamericano. El rock 2000 con todo y su particular look resulta ser una buena opción para los que gustamos del rock en español.

Así mi precumpleaños estuvo cargadito de las rolas de bandas de mi infancia como Caifanes, Café Tacuba, la maldita, los Fabulosos Cadillacs, Ataque 77, los Estrambóticos, Los Hombres G, Soda Stereo, el Gran silencio, el Tri y un largo etcétera.

Si bien el Rock 2000 no será el lugar que encuentren en las recomendación de Dónde ir o en las guías de los sitios más in de la ciudad, a mi me gusta por el ambiente y en esta ocasión era una referencia obligada por dos razones: primero porque Toño, Miriam y yo teníamos tiempo que queríamos ir (aunque la final me dejaron plantada) y porque hace unos meses, en Querétaro, me prometí que volvería.

Y como diría una canción (que no es de rock) "Promesa de un final con besos"

Soy una mujer en construcción

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